martes, 29 de diciembre de 2009

Realmente estoy sola...

Hoy más que nunca necesitaba de un abrazo, espere tanto sentir ese calor que se siente cuando te abrazan y te dan su cariño. Pedía a gritos que alguien me acogiera y me acariciara, pero no llego. No recuerdo la última vez que sentí esa sensación, o tal vez nunca la he sentido realmente. Trato de recordar algún momento por lo más mínimo que fuera donde sentí el traspaso de energía hacia el otro, pero no, no hay ningún recuerdo de aquel momento (y eso que tengo memoria selectiva). Espere y esperare con ansias aquel abrazo.
Sé que soy fría, sé que muchas veces creo ser fuerte o parecerlo, pero en realidad soy débil, soy demasiado débil, sufro por todo, lloro por todo, me duele todo, mi nivel de tolerancia a la frustración es minina. Sufro tantas cosas y nunca siento el verdadero apoyo de alguien. En mi casa aún no aceptan mi baja tolerancia a ciertas situaciones, creen que invento todos los males que sufro, ya no creen en mi, no creen que cada grito, cada pelea, cada golpe, cada portazo, cada llanto de alguien de la casa me afecta, no saben realmente cada imagen que acumulo en mis recuerdos (insisto con lo de mi memoria selectiva)
Cuando necesito de alguien, siempre miro a mi alrededor y no hay nadie... Nunca en 21 años a existido la persona que sepa llenar todas las carencias que he tenido. NUNCA, ya perdí las esperanzas, no existirá nadie que sepa acogerme en los peores momentos. Mi familia que se cree perfecta pero cual de todos esta más mal que el otro, un ex obsesivo casi enfermizo que vive pendiente de cada cosas que hago, voy y digo, mis amistades no me quejo porque casi todas tienen los mismos rollos que yo, pero al fin y al cabo todos viven en su vola', nadie sabe realmente lo que siento, la única como que capta algo es mi Mamá Silvia, es mi abuela que me a criado durante mis 21 años, ella a visto las crisis que me dan, a visto mis brazos, me a hecho cariño y cuidado cuando lloro en mi cama desconsoladamente, me ha escuchado decir las mil veces lo mierda de persona que soy, decir que nunca creceré, que nunca me casare, que nunca tendré hijos porque no me se cuidar. Pero no hace nada, sólo el gesto de acompañarme cuando he estado mal, pero nunca le ha interesado saber lo que realmente me pasa, lo que realmente siento, las cosas que se me pasan por la cabeza, las ideas ilógicas que a veces tengo, los miedos que abundan en mi, las ganas de desaparecer de toda esta mierda, no le interesa, y si supiera yo creo que se deprime, vería la verdadera Constanza, la que esta mal, la que come y come para no sentir vacíos, la que juega con sangre para no sentir otros dolores, la que trata de mentirse para sentirse bien. Esa es la verdadera Constanza, la que se pudre cada día que pasa.

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